El Día de Muertos es una fiesta que mezcla respeto y alegría. Cada año, el 1 y 2 de noviembre, familias en México y cada vez más en Chile preparan altares para recibir a sus seres queridos que ya no están.
La celebración viene de la cultura prehispánica. Los pueblos indígenas creían que los muertos regresaban a visitar a sus familias. Con la llegada del cristianismo, se fusionó con el Día de Todos los Santos y surgió lo que hoy conocemos.
En vez de temer a la muerte, la gente la celebra con colores, comida y música. Es un momento para recordar anécdotas, contar historias y sentir la presencia de quien ya partió.
Si nunca has armado una ofrenda, no te preocupes. Solo sigue estos pasos:
1. Busca un lugar tranquilo en casa o en el patio. Coloca una mesa o una caja grande.
2. Pon una foto de la persona que quieres honrar. Puedes añadir velas para iluminar el recuerdo.
3. Añade los elementos tradicionales: agua, sal, pan de muerto y frutas de temporada. Cada cosa tiene un sentido; por ejemplo, el agua representa el viaje del alma.
4. Decora con papel picado de colores vivos. El contraste entre la muerte y la vida se refleja en esos recortes.
5. Si lo deseas, incluye objetos que le gustaban a tu ser querido: una guitarra, un libro o su bebida favorita.
Una vez armado el altar, invita a tus familiares a compartir recuerdos y a probar el pan de muerto recién horneado. No hace falta gastar mucho; lo importante es el gesto y la intención.
En Chile, la tradición se ha adaptado al gusto local. Puedes usar mote con huesillos, empanadas o cualquier plato típico que recuerde a tu familia. Lo esencial es crear un espacio donde todos sientan esa conexión.
¿Te animas a probar? La próxima vez que llegue noviembre, reserva una tarde, reúne fotos y objetos, y arma tu propio altar. Verás cómo una simple mesa se transforma en un puente entre el pasado y el presente.
El Día de Muertos es una tradición mexicana que celebra la memoria de los ancestros. Esta festividad comienza el 27 de octubre y culmina el 2 de noviembre, conmemora a niños, conocidos como 'Angelitos', y adultos con ofrendas como alimentos, bebidas y juguetes. Las actividades incluyen visitas a cementerios, ofrendas decoradas y festivales, mostrando el legado cultural y ancestral de México.