Atlético San Martín: Entre la Urgencia y la Esperanza
La presión ya no es un rumor en la cabeza de jugadores y cuerpo técnico de Atlético San Martín: es una carga evidente antes de cada partido del Clausura. El inicio del torneo fue un alivio momentáneo, tras la victoria sobre Riestra en casa y el empate trabajado frente a Rosario. Parecía el principio de una racha capaz de alejar fantasmas. Pero después de la reciente caída contra Sarmiento, el aire cambió. El vestuario se impregnó de preguntas incómodas y las exigencias comenzaron a pesar el doble.
Hoy, en el estadio Kempes, espera un Talleres de Córdoba que no atraviesa su mejor momento, pero tampoco regala nada. Para el equipo verde y negro, se trata de dar una demostración de carácter, de mostrar que aún hay pulso cuando todo parece perdido. Los hinchas lo saben y la directiva también: no basta con competir, hay que sumar puntos reales si quieren seguir respirando en la Primera División.
La Propuesta de Romagnoli y el Desafío Mental
Romagnoli no es partidario de golpes de timón drásticos, ni siquiera en un momento crítico. Se espera que apueste, una vez más, por su formación preferida: línea de cuatro atrás, el doble eje en el medio y dos extremos veloces abriendo la cancha. Los nombres tampoco varían en demasía. Borgogno se consolida bajo los tres palos; Cáseres suma experiencia en la defensa; Watson agrega equilibrio y profundidad en la mitad de la cancha, mientras que Salle aporta despliegue por la banda.
El esquema ya no es excusa. El problema radica en la confianza y la presión. San Martín siente la necesidad urgente de volver a sumar de a tres, y resolver ante Talleres una deuda pendiente con su propia hinchada: recuperar la garra, la intensidad y el convencimiento que los trajo hasta aquí. El margen para la especulación es mínimo; cada decisión en el campo puede ser la diferencia entre escalar posiciones o seguir hundiéndose.
No es solo un partido más. En Córdoba, San Martín juega algo más que tres puntos: desafía la sensación de pérdida, el miedo al descenso y la conciencia de que el Clausura ya no admite muchos errores. Lo que suceda en esa cancha puede fortalecerlos o terminar de complicarlos en estos meses decisivos.