En una tarde de domingo en el Estadio Alfredo Terrera, Tigre logró un triunfo que puede redefinir su campaña en la Liga Profesional Clausura. El marcador final fue 1‑0, con el gol de Elias Cabrera en el minuto 60, pero la historia del encuentro va mucho más allá del marcador.
Cómo se desarrolló el partido
Desde el pitido inicial, Central Córdoba intentó imponer su estilo de juego, dominando la posesión con cerca de dos tercios del tiempo de balón. El esquema táctico del visitante, un 3‑5‑2 liderado por el arquero Alan Aguerre, buscó controlar el medio campo a través de los mediocampistas Gómez, Galván y Juárez. Sin embargo, la falta de precisión en la última fase dejó al conjunto santiagueño con sólo dos disparos a puerta durante los 90 minutos.
Por su parte, Tigre salió al terreno con un 4‑3‑3 orientado a la rapidez en los contraataques. La combinación de los extremos y la referencia del delantero centro fue la clave para crear oportunidades, aunque el número de ocasiones claras fue escaso. La defensa del club bonaerense, compuesta por Cufré, Abascia y Pignani, mantuvo la estructura y logró neutralizar la mayoría de los ataques rivales.
El gol que cambió el marcador
El punto de inflexión llegó justo en la hora de juego. Cabrera recibió el balón a la entrada del área, se giró y lanzó un disparo desde fuera del punto penal. El balón tomó una ligera desviación tras rozar a un defensor y se coló por la escasa escuadra, dejando al portero Aguerre sin reacción. El gol no solo abrió el marcador, sino que también desató la magnitud del trabajo defensivo de Tigre, que mantuvo su portería en cero durante el resto del encuentro.
Tras el tanto, el técnico de Tigre realizó un ajuste en el mediocampo, introduciendo a un volante más defensivo para reforzar la zona y frenar las incursiones del rival. A los 70 minutos, Central Córdoba intensificó la presión, pero la organización táctica de Tigre permitió retener la ventaja hasta el pitido final.
Este resultado impulsa a Tigre a la tercera posición del Grupo A con 15 puntos, a tan solo dos del líder Union Santa Fe. Por otro lado, Central Córdoba retrocede al sexto lugar con 14 puntos, ampliando la brecha con los primeros puestos.
El encuentro también dejó claros algunos interrogantes: la escasa efectividad ofensiva de Central Córdoba pese a su dominio del balón, y la capacidad de Tigre para transformar oportunidades limitadas en resultados positivos.
Luifelipe Briones
septiembre 28, 2025 AT 01:53¡Qué golazo de Cabrera! Ese disparo desde fuera del área fue puro arte, como si el balón supiera exactamente dónde tenía que ir. La desviación fue el toque de magia que lo convirtió en un gol de película. Tigre no dominó, pero sí supo matar el partido con inteligencia y garra. Me encanta cuando el fútbol no es solo posesión, sino eficacia pura.
Y ojo, que el sistema de 4-3-3 con esos extremos acelerando en contraataque es un regalo para los que amamos el fútbol rápido, no el de darle 80 pases al aire sin rumbo.
¡Viva el fútbol que gana, no el que controla sin meter!
Saludos desde Santiago, donde nos enseñan que el fútbol no se mide en porcentajes de posesión, sino en goles y victorias.
Cristián Gutiérrez Rosales
septiembre 29, 2025 AT 10:35Central Córdoba fue una broma con balón. 67% de posesión y dos disparos a puerta. Eso no es fútbol, es teatro.
Victor Gonzalez
septiembre 29, 2025 AT 19:58Lo que más me impresiona de este partido no es solo el gol, sino cómo Tigre supo transformar la paciencia en resultado. La defensa, con Cufré y Abascia como pilares, no solo se defendió, sino que organizó cada transición como si fuera un ensayo de ballet táctico. Y el cambio en el 70’, ese volante que entró, fue clave. No fue un jugador más, fue un catalizador. Me acordé de los partidos de los 90, cuando los equipos ganaban sin tener que atacar como locos, sino con disciplina y estructura. Hoy en día, con tanta presión por el estilo ofensivo, ver a un equipo así, que sabe esperar, que sabe cuándo presionar y cuándo contener, es un lujo. Y eso, amigos, no se enseña en las academias, se aprende en la cancha, con la cabeza fría y el corazón tranquilo. Es fútbol de verdad. El que se siente, no solo se ve.
Gracias a Tigre por recordarnos que el fútbol también puede ser silencioso, pero contundente.
Victor Venegas
septiembre 29, 2025 AT 22:41Me encanta cómo se está construyendo este Tigre. No es un equipo que gana por suerte, ni por el error del rival. Es un equipo que sabe lo que quiere, que entiende su identidad. El técnico hizo los ajustes justos, sin alborotar, sin cambiar de sistema. Eso es liderazgo. Y Cabrera… qué jugador. No es el más ruidoso, no busca cámaras, pero cuando llega el momento, está ahí. Eso es lo que hace a un equipo grande: tener jugadores que no necesitan ser héroes para ser decisivos.
Y ojalá más equipos como Central Córdoba aprendieran que dominar el balón no es sinónimo de dominar el partido. A veces, lo que necesitas es tener a alguien que sepa cuándo y cómo romper el silencio. Porque el fútbol no se juega con los pies solos, se juega con la mente. Y Tigre, hoy, tenía la mente más clara.
Gracias por este partido. Me hizo recordar por qué amo este deporte.
Rodrigo Alejandro Avila Lorca
octubre 1, 2025 AT 02:18Claro, Central Córdoba es un equipo que juega como si estuviera en una simulación de FIFA en modo defensivo. 67% de posesión y 2 tiros? Jajaja, qué risa. El gol de Cabrera fue el único momento de peligro real del partido. El resto fue puro pase de lado a lado sin rumbo. Y ojo, el técnico de Tigre no hizo nada genial, solo dejó que sus jugadores hicieran su trabajo. La defensa estuvo bien, pero no fue milagrosa. El verdadero mérito es que el rival no supo aprovechar su superioridad. No es mérito de Tigre, es falla de Central. Y si no, fíjense en los últimos 20 minutos: cuando Central presionó, Tigre se cayó como un castillo de naipes, pero el rival no tuvo ni un remate en el área. Eso no es táctica, es ineficiencia. Pero bueno, al menos el gol fue lindo, se le puede reconocer eso.