Detalles del sismo y su magnitud
En la madrugada del 25 de septiembre, a las 03:51 UTC, un terremoto de 6.3 grados sacudió el occidente de Venezuela. El epicentro quedó a unos 65 kilómetros de Lagunillas, en el estado Zulia, y a una profundidad de 14 kilómetros. Según la USGS, la sacudida fue la más fuerte de una serie que empezó la noche del miércoles y se prolongó hasta la mañana del jueves.
Durante ese periodo se registraron al menos cuatro temblores con magnitudes entre 6.3 y 4.9, afectando principalmente a Zulia y Trujillo. La mayor réplica, de 5.8, ocurrió a las 06:55 UTC y tuvo su epicentro cerca de la ciudad homónima de Trujillo, a 10 kilómetros de profundidad. Otros sismos menores, como uno de 3.2, siguieron registrándose a lo largo del día.
El movimiento telúrico se sintió en una zona muy amplia. Testimonios de residentes de Maracaibo describen cómo los edificios comenzaron a vibrar ligeramente, para luego intensificarse y obligar a la evacuación de restaurantes y oficinas. En Caracas, a varios cientos de kilómetros del foco, la gente también percibió la sacudida, lo que subraya la energía del evento.

Repercusiones y respuesta institucional
Los videos que circulan en redes sociales muestran la confusión y el pánico en distintos puntos: camareros que, tras sentir una ligera vibración, abandonan sus mesas al aumentar la intensidad; un joven gamer que, al escuchar el crujido de los objetos, corre hacia la salida de su apartamento mientras la gente se agolpa en la calle.
Los efectos no se limitaron a Venezuela. Pobladores de áreas limítrofes en Colombia reportaron temblores, y en ambas naciones se observaron edificios temblar, lo que motivó la evacuación de hogares y comercios por temor a posibles colapsos.
Hasta el momento, los cuerpos de emergencia no han confirmado fallecimientos ni heridos graves. Sin embargo, los equipos de evaluación de daños continúan inspeccionando viviendas, escuelas y estructuras críticas en Zulia y Trujillo. Las autoridades locales han activado los protocolos de emergencia, desplegando brigadas de socorro, unidades de salud y equipos de reconstrucción para atender cualquier eventualidad.
El gobierno venezolano ha instado a la población a mantenerse alerta ante posibles réplicas, recordando que la actividad sísmica puede prolongarse por días. Se ha emitido un comunicado exhortando a la ciudadanía a seguir las indicaciones de protección civil: refugiarse bajo muebles robustos, alejarse de ventanas y evitar el uso de ascensores.
El fenómeno se enmarca dentro de la compleja dinámica tectónica de la zona, donde la interacción de la placa de Sudamérica con la microplaca de Caribe genera tensiones que, de vez en cuando, liberan energía en forma de sismos significativos. La profundidad moderada y la magnitud del movimiento indican una zona activa que requiere monitoreo constante por parte de los institutos geológicos.
Mientras los equipos de rescate siguen trabajando, los vecinos de la región comparten relatos de solidaridad: vecinos que ayudan a cargar cosas, comerciantes que ofrecen refugio a los desplazados y autoridades que distribuyen mantas y agua. La respuesta colectiva muestra que, a pesar del temor, la comunidad se moviliza para enfrentar la adversidad.