La inesperada baja de Stewart sacude la dinámica de los Pistons
El Detroit Pistons afronta un momento delicado en la serie de playoffs contra los Knicks tras confirmarse que Isaiah Stewart no jugará el Juego 2. La noticia ha caído como un jarro de agua fría, no solo por la importancia del partido sino por lo que el pívot aporta en defensa. La inflamación en la rodilla derecha que arrastra desde el último cuarto del primer juego ha reducido las opciones tácticas para contrarrestar a un rival físico y con profundidad como Nueva York.
Stewart ha sido durante toda la temporada un seguro bajo el aro, capaz de medirse con aleros y pivots rivales sin perder la compostura. Aunque suplente, su entrada es sinónimo de intensidad: rebotes asegurados, presencia en el cuerpo a cuerpo y una tendencia casi natural a bloquear tiros claves. Su ausencia no es solo una cuestión de estadísticas, sino un golpe al carácter defensivo del equipo.
Problemas estratégicos para Detroit en Nueva York
En el primer asalto de la serie, Stewart sumó 2 puntos, 5 rebotes y 2 tapones; pero las cifras no cuentan todo. Fue el encargado de frenar embestidas de hombres grandes rivales como Karl-Anthony Towns, encajando contactos y permitiendo a Detroit mantenerse a flote en varios tramos críticos. Ahora, la responsabilidad recae en Jalen Duren, quien aunque titular ha mostrado dificultades al cargar rápidamente con faltas personales.
La situación obliga al técnico a buscar alternativas inesperadas. Paul Reed asoma como opción inmediata, aunque su experiencia en momentos de alta presión es limitada. El otro camino sería optar por formaciones más bajas, sacrificando centímetros en el juego interior y apostando por una defensa colectiva aún más agresiva.
Lo crítico es que la baja de Stewart llega justo cuando más se necesita balance defensivo, sobre todo ante unos Knicks que castigan cualquier debilidad en la pintura. Se espera que Immanuel Quickley y Julius Randle exploten el agujero que deja Stewart, lo que obligará a Detroit a robar balones y controlar el rebote como misión prioritaria.
Además, la falta de rotación en la posición de pívot puede desgastar a Duren, aumentando el riesgo de que deba pasar minutos largos sentado por las faltas. Si Paul Reed no responde, la responsabilidad podría recaer en jóvenes que apenas han experimentado la tensión de un playoff en la NBA.
Detroit llega a este segundo partido con la soga al cuello. El margen para el error desaparece, y la presión para sumar una victoria antes de volver a casa es todavía mayor. La ausencia de Stewart no solo altera los esquemas; también pone a prueba la fortaleza mental y la capacidad de reacción de un equipo joven y hambriento, pero golpeado por las circunstancias. Todos los ojos estarán puestos en cómo sobreviven los Pistons bajo el aro esta noche en Nueva York.