Un golpe de autoridad en Porto Alegre
Silencio en el Beira-Rio, fútbol en el área de enfrente. Flamengo venció 2-0 a Internacional en Porto Alegre y selló su pase a cuartos con un 3-0 en el global, en una noche que tuvo un dueño claro: Giorgian de Arrascaeta. El uruguayo abrió la ruta con una volea a ras de césped, pura coordinación y timing, tras un cabezazo al espacio de Gonzalo Plata. Ese gesto técnico, media zancada en el aire y definición seca, cambió el pulso del partido.
La jugada del 0-1 resumió la idea visitante: paciencia para salir, agresividad cuando había que morder. Plata, muy activo entre líneas, ganó el duelo por alto, y de Arrascaeta atacó la segunda jugada con instinto de delantero. Desde su llegada al club en 2019 por 15 millones de euros, el charrúa ha sido el termómetro del equipo: pausa cuando quema, aceleración cuando el rival duda.
Internacional intentó responder con empuje, pero Flamengo manejó bien los momentos. Tapó líneas de pase por dentro, obligó a los de casa a centros lejanos y, cuando recuperó, salió limpio. Sin rifar. Con de Arrascaeta y Plata asociándose por derecha y Pedro fijando centrales, el bloque carioca encontró siempre una descarga clara para respirar con balón.
El segundo acto dejó otra postal decisiva: Pedro, zorro de área, apareció solo en el segundo palo para empujar un servicio tenso de Leo Pereira. El central, que no se complicó para romper por fuera, metió un centro con ventaja y el 9 hizo lo que sabe: un toque, gol, partido a la nevera. Con el 0-2, el reloj corría a favor de Flamengo y el Beira-Rio perdió temperatura.
En la pizarra, hubo flexibilidad. De Arrascaeta arrancó como mediapunta, se abrió a la izquierda cuando lo pedía la jugada y también bajó a la base para dar salida. Esa versatilidad sostiene la estructura: permite sumar un hombre más por dentro en la presión y, a la vez, estirar al rival con cambios de orientación. No es casualidad que su peso se note más en noches de eliminación directa.
El propio uruguayo lo explicó simple al terminar: “Estoy feliz por ayudar al equipo. Si es con gol o asistencia, mejor. Lo importante es estar en la próxima fase”. Esa síntesis encaja con el plan: competir, minimizar el error, golpear cuando la ventana se abre. Y en Porto Alegre, se abrió dos veces.
Internacional, obligado por el marcador, apretó con valentía. Pero le faltó claridad en la frontal. Flamengo defendió el área con oficio, ganó duelos y no concedió segundas jugadas peligrosas. Cada recuperación venía con una salida clara, y eso terminó desordenando al local, que acumuló piernas en ataque sin encontrar ventajas reales.
La clasificación, más allá de los nombres propios, habla del bloque. Orden, una línea de pase siempre visible, un ritmo que sube y baja sin perder control. A eso se suma la puntería. En cruces cortos, esa mezcla suele traducirse en algo tan simple como avanzar.
Qué significa para Flamengo y cómo queda el tablero
Flamengo confirma estatus: candidato. Lo respaldan actuaciones como esta y un pasado reciente que pesa en la Copa Libertadores. Campeón en 2019 y 2022, finalista en 2021, el club volvió a encontrar una versión reconocible: jerarquía arriba, temple atrás y oficio para manejar contextos hostiles.
El papel de de Arrascaeta, otra vez central, se entiende también por cómo encaja con Pedro. Uno se ofrece entre líneas, atrae, limpia jugadas; el otro define dentro del área con frialdad. Si a ese eje le sumas un socio vertical como Gonzalo Plata —desmarque y centros a la carrera— y la utilidad de Leo Pereira para ganar metros por fuera, el frente de ataque gana capas y lectura.
Hay un punto táctico que pesa en estas rondas: la capacidad de Flamengo para mutar sin perder identidad. Puede replegarse medio, saltar a presionar tras pérdida o bajar el ritmo con posesiones largas. De Arrascaeta, como mediapunta o extremo zurdo, hace de bisagra. Esa elasticidad se convierte en ventaja competitiva cuando el rival cambia plan sobre la marcha.
El 3-0 global deja además una sensación: el equipo supo administrar la ida y la vuelta. No concedió goles y rentabilizó sus momentos de lucidez. En el camino a cuartos, eso no solo suma confianza; también envía un mensaje al resto del cuadro.
Mientras espera el sorteo, el calendario aprieta y el manejo de plantel será clave. Rotaciones, estados de forma, pequeños detalles que deciden un cruce. Los cariocas llegan con viento a favor y con figuras encendidas. El banquillo, que respondió en la gestión de ritmos y cambios, será también un factor si la serie siguiente se traba.
La noche dejó otra noticia en el sur del continente: Estudiantes de La Plata también está en cuartos. Empató 0-0 ante Cerro Porteño en casa, le bastó el 1-0 de la ida y se metió entre los ocho mejores. No hubo fuegos artificiales, pero sí eficacia en una llave cerrada. El cuadro del próximo paso pinta variado y con choques de estilos marcados.
Claves rápidas del cruce en Porto Alegre:
- El primer golpe: volea de de Arrascaeta tras el cabezazo asistente de Plata. Técnica y agresividad en el área.
- La sentencia: aparición de Pedro en el segundo palo a centro de Leo Pereira. Lectura y timing del 9.
- Control sin sobresaltos: 3-0 en el global y portería a cero, gestión de momentos y pocas concesiones.
Beira-Rio suele pesar, pero Flamengo vació de nervios el ambiente con un plan claro. Golpear temprano, sostener con la pelota y elegir cuándo acelerar. La ruta a cuartos queda despejada; lo que viene exige lo mismo: precisión en áreas y cabeza fría cuando el partido se ponga espeso.
Juan Pablo Bahamonde
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