El Lucas González, entrenador del Club Deportes Tolima, no ocultó su desilusión tras la derrota por 3-0 frente al Junior en el partido de ida de la final de la Liga BetPlay Dimayor II-2025, Estadio Metropolitano Roberto Meléndez el sábado 13 de diciembre. Pero no se rindió. "Es difícil, pero no es imposible", dijo con la mirada fija en el estadio de Ibagué. Y ahí, en ese pequeño pero furioso recinto, está toda su esperanza. Porque si Junior marcó tres goles en 45 minutos, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros en 90?"
Una pesadilla en Barranquilla
El primer tiempo fue un desastre táctico. Tolima, que venía de jugar con intensidad en la ida de las semifinales, se vio desbordado por la velocidad de los extremos de Junior y por la inteligencia de José Enamorado. El primer gol, un remate con la izquierda tras recortar desde la banda derecha, fue un golazo. "Estábamos organizados, pero él superó a dos y metió el balón en el ángulo. Eso es lo que uno espera de un jugador de ese nivel", admitió González. Los otros dos llegaron en ráfagas, aprovechando transiciones rápidas que Tolima no logró contener. El ambiente en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez —que celebraba su último partido antes de una remodelación de varios meses— se convirtió en un muro de sonido que aplastó cualquier intento de reacción.
La expulsión que cambió el rumbo
La expulsión de Sebastián Guzmán en el minuto 37 fue el punto de inflexión. Con el marcador ya 2-0, Tolima perdió su principal pivote defensivo. González evitó cualquier crítica al árbitro Carlos Betancur: "Es uno de los mejores árbitros de Colombia, sin duda. No tengo mucho que comentar ahí... Desafortunadamente, nos quedamos con un jugador menos". No fue una excusa. Fue una realidad que asumió con responsabilidad. "No se trata de culpa, se trata de adaptación. Y nosotros vamos a adaptarnos".
La filosofía del equipo que nadie cree que puede
González, un técnico bogotano de 47 años con perfil bajo pero convicciones fuertes, siempre ha defendido un fútbol colectivo. "Los que más ayudan a marcar no son los que más tiran, son los que más recuperan la pelota", explicó en rueda de prensa. Su equipo, con un presupuesto que apenas llega al 60% del de Junior, se construye con disciplina, trabajo en grupo y una mentalidad de luchadores. "Los equipos se hacen con presupuesto. Junior fichó jugadores que nosotros quisiéramos... pero se salen del nuestro", dijo con una mezcla de resignación y orgullo. Y sin embargo, ahí está: en la final. Porque el fútbol, como él dice, "no sería tan bonito" si siempre ganara el que más dinero tiene.
El escenario de la revancha: Ibagué, el alma del Tolima
El Estadio Manuel Murillo Toro no es un estadio. Es un templo. Con 28.000 espectadores gritando desde el primer minuto, con el aire frío de la montaña, con el sonido de las tambores y las banderas de color rojo y blanco ondeando como una marea. "En Ibagué va a ser diferente. Vamos a ser nosotros desde el minuto uno", prometió González. No es un cliché. Es una estrategia. Junior, acostumbrado a jugar en casa con el apoyo de 40.000 personas, no ha enfrentado en años un ambiente tan denso y hostil como el que le espera en la capital del Tolima. "Ellos marcaron tres goles en 45 minutos. Nosotros vamos a jugar 90. Y en esos 90, vamos a buscar los tres, o más".
El mensaje a los hinchas: "No los definen 45 minutos malos"
González no solo habló con los medios. Habló con el corazón de los suyos. "Es difícil hablarle al hincha ahora, porque ellos tienen la misma ilusión que nosotros. A estos chicos no los definen 45 minutos malos de fútbol en donde Junior se encuentra con una efectividad muy alta y marca tres goles. Tenemos un excelente equipo, tenemos muy buenos jugadores". Y luego, con la voz más baja, casi un susurro: "Vamos a estar listos para el martes. Pase lo que pase, esperemos que el título se quede en casa". Esa frase, repetida en tres entrevistas distintas, se ha convertido en el lema de los hinchas. En redes sociales, el hashtag #TolimaNoSeRinde ya supera los 200.000 menciones.
¿Qué viene después? La presión y la historia
En la historia de la Liga BetPlay, solo tres equipos han remontado una derrota de 3-0 en la ida de una final. El último fue el América de Cali en 2003, contra el Deportivo Cali. Pero esa remontada tuvo un extra: el partido de vuelta se jugó en un estadio neutral. Aquí, el factor local es clave. En Ibagué, el Tolima tiene un récord invicto en finales desde 2018. González lo sabe. "El fútbol se basa en probabilidades. Intentamos que caigan de nuestro lado. Pero incluso si haces todo bien, puedes perder". Y sin embargo, él sigue apostando. Porque si no lo hiciera, ¿para qué estaría aquí?
FAQ
Frequently Asked Questions
¿Cuál es la probabilidad real de que el Tolima remonte 3-0 en la vuelta?
Históricamente, solo tres equipos en la historia de la Liga BetPlay han logrado una remontada de 3-0 en una final. La última fue en 2003, hace más de 20 años. Aunque el factor local en Ibagué favorece al Tolima, la efectividad de Junior en ataque —con Enamorado y otros jugadores que generan diferencia en el uno contra uno— hace que la probabilidad sea inferior al 15%. Pero el fútbol no se mide solo en estadísticas.
¿Por qué González no critica al árbitro Carlos Betancur?
González ha mantenido una postura de respeto institucional, reconociendo que Betancur es considerado uno de los mejores árbitros de Colombia por su consistencia y control de partidos. Además, criticar al árbitro en plena final podría generar sanciones o desgaste emocional. Su enfoque es dirigir la energía del equipo hacia la solución, no hacia las disculpas.
¿Qué cambios tácticos podría hacer González en el partido de vuelta?
Se espera que Tolima juegue con más presión alta desde el minuto uno, buscando forzar errores en la salida de Junior. También podría mover a su delantero central a una posición más profunda para liberar espacio a los extremos, y apostar por un mediocentro más ofensivo como Luis Díaz, quien no jugó en Barranquilla por lesión leve. La clave será recuperar el balón rápido, como hizo Junior, pero con más intensidad.
¿Cómo afecta la remodelación del Estadio Metropolitano a Junior?
La remodelación del Estadio Metropolitano, que comenzará tras la final, significa que Junior perderá su casa durante al menos seis meses. Eso puede afectar su ritmo de juego y su capacidad de atraer patrocinadores locales. Pero en este momento, su ventaja es psicológica: acaban de ganar en el estadio más ruidoso del país, con su gente gritando. Eso les da un impulso que no se mide en estadísticas.
¿Qué significa para el Tolima ganar esta final con su presupuesto limitado?
Ganar con un presupuesto inferior al 60% del de Junior sería una de las mayores hazañas del fútbol colombiano en la última década. No solo significaría el título, sino también un salto de credibilidad para el club, posibilidad de atraer patrocinadores, y un modelo de gestión que demuestra que el talento y la cohesión pueden vencer al dinero. Sería una inspiración para otros equipos pequeños.
¿Cuál es el mensaje final de González a sus jugadores?
"No importa lo que pase, salgan a jugar con el corazón de quienes creen en esto. No es solo por el título, es por los que nos miran desde los barrios, por los que trabajan todo el año para estar aquí. Si pierden, que pierdan con dignidad. Si ganan, que ganen con humildad. Porque el fútbol no es solo lo que se ve en el marcador".
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